La Cronica de un Sueño: Iron Maiden en Bogotá
28 de Febrero de 2008
I. El Viaje
Escribir acerca del concierto de nuestras vidas no es tarea fácil, más aún si tomamos en cuenta que se trata del de Iron Maiden en una gira de proporciones descomunales, donde evocan los apoteósicos 80, que a su vez convierten en gloriosos los acontecimientos actuales (quizá más y mejor que la década señalada, pues envuelven factores adicionales como la supervivencia del grupo, la presencia de tres guitarristas en la mejor alineación de todos los tiempos y la increíble técnica vocal de Dickinson que de lejos supera la etapa anterior, tomando en cuenta que la garganta del piloto oficial del Ed Force One en ese entonces ya pertenecía a otro mundo) y que gracias a Dios somos capaces de presenciar tomando parte en la Historia del Rock.
Vale destacar que mi lectura del suceso no podrá ser la misma que la de cualquier reseña europea o aún colombiana, pues mi país de residencia es Ecuador y eso cambia notablemente las circunstancias, ya que para poder observar a Maiden por primera vez en mi vida era necesaria una larga y tediosa movilización.
Fue el 31 de Octubre de 2007 cuando se conoció oficialmente acerca de la visita de la doncella a la ciudad de Bogotá, a partir de ese momento el plan era uno sólo: la ejecución del viaje en busca de aquel objetivo, objetivo que aún se veía muy distante, aún faltaban 4 meses.
El primer paso fue la consecución de la entrada, no podíamos creer cuando ingresábamos al portal donde se vendieron las boletas y la opción Platino había sido descartada debido a su agotamiento, habíamos esperado muchísimos años para ver a Maiden y a ese punto parecía que no nos quedaba más que resignarnos a verlos desde el fondo. (Acerca del problema de la reventa y la posterior puesta a disposición al público de nuevas entradas Platino por parte de la organización es otro tema de discusión que genera muchas dudas)
Casi milagrosamente y luego de un considerable rédito económico un contacto en Ecuador nos acercaba un poquito más al sueño y con el certificado que nos acreditaba un lugar en la localidad más cercana en nuestras manos, la espera continuó con el tiempo pasando lento, muy lento.
Así la jornada para nosotros iniciaría un 26 de Febrero de 2008 entre las 20H00 y 23H00 cuando partíamos de nuestros hogares con la esperanza de ser la última vez en pisarlos sin haber presenciado un concierto de Harris y los suyos, porque si regresásemos con éxito sería diferente, nuestra vida tendría un tinte no conocido hasta entonces y en verdad así lo fue… Y es que la travesía se desarrollaría por tierra, (en mi caso particular ese fue el precio mayor a pagar por tener una entrada Platino ya que su inversión significó la imposibilidad de poder embarcarme en avión) en un viaje maratónico de 36 horas donde el mayor peligro aparte del que podía presentar la carretera era el desgaste de energía antes del suceso donde precisamente la íbamos a necesitar en mayor cantidad.
La salida de Quito comenzó a mostrarnos cosas nuevas: observar a más de 150 “colegas” congregados en un mismo lugar con similar y a la vez inédito destino llenaba de emoción a cualquiera.
En un viaje lleno de contratiempos como ponchada o “pinchada” de llantas, problemas con los papeles en la frontera de algunos amigos y de los buses, excesiva lentitud de los conductores, lo que significó un atraso de 6 horas, la desesperación comenzaba a jugar su parte, si a eso le agregamos las noticias que nos llegaban en el diario colombiano de una fila de 280 carpas esperando la hora del ingreso en el Parque Simón Bolívar lugar del evento y las historias de quemas de buses en el trayecto supuestamente desmilitarizado que nos tocaría atravesar el panorama se comenzaba a oscurecer de manera muy significativa.
Ventajosamente vimos pasar poco a poco a las ciudades de Ibarra, Tulcán, Ipiales, Pasto, Cali, luego de una eterna subida a la sierra colombiana marcada por el tráfico que implica el constante comercio del hermano país nos recibió la inmensa Santa Fé de Bogotá que nos veía arribar alrededor de las 14HOO del día tan esperado: 28 de Febrero a aquellos 3 buses que salieron de la Avenida Colón en la ciudad de Quito, 2 horas más de viaje hacia nuestro hotel ubicado en el centro de la urbe y se respiraba un ambiente que el que escribe estas líneas n o había sentido nunca en su vida, todos y toda la atención era para un solo grupo, el mismo que comenzó a entonar sus primeros acordes en Londres – Gran Bretaña hace nada más y nada menos que 33 años.
II. El Ambiente Previo
Ya llegando al Parque Simón Bolívar mi impresión parecía llegar al límite cuando veía una fila excesivamente larga compuesta por cientos de rockers ansiando entrar al concierto, pues le daba vuelta al recinto. Ventajosamente el ingreso al que debía dirigirme se ubicaba en un polo totalmente opuesto y se encontraba ¡sin fila alguna!, por lo que respecto a los que llegamos a esa localidad a esa hora no tuvimos ningún contratiempo, lo que me lleva a cuestionar ¿porque la empresa organizadora no previó más accesos tomando en cuenta la cantidad de gente que acudiría?
Si bien a Evenpro se le felicita por todo el resto de la organización y se extiende el agradecimiento por convertir nuestro sueño en realidad no puedo dejar de mencionar este inconveniente. Creo totalmente ridículo e innecesario que se ponga en peligro la integridad de los asistentes además del gran grupo de gente que se quedó fuera con ticket en mano, entre ellos algunos compañeros del viaje. Y es que escuchar que la banda de nuestras vidas se encontraba interpretando la tercera canción cuando todos ellos seguían en fila hubiese desatado la desesperación a cualquiera y más aún luego de haber recorrido todos esos kilómetros, una irresponsabilidad cometida que seguramente no tendrá reparo alguno.
Una vez adentro del local mi primera impresión fue el escenario montado que no dejaba ver mayor detalle de la escenografía pero que a su vez no podía esconder el inmenso juego de luces montado para el evento con pequeñas franjas horizontales de telas con el motivo egipcio cubriendo cada uno de los horizontes de luces. Por primera vez comencé a sentir cerca al concierto que aguardado toda mi vida.
El ambiente era impresionante, alternadamente los asistentes coreábamos el nombre de la banda a las cámaras que se encontraban presentes, con lluvia que casi se convierte en granizada incluida, el fervor iba en aumento y es que había ahí una energía contenida por muchos años.
A lado de una de las cámaras en la parte izquierda del escenario pude observar a Rod Smallwood el manager del grupo, otro de los culpables que todos estos estos 28 años y a raíz del lanzamiento del primer disco “Iron Maiden” hayan sido llenos de éxitos con historias que se seguirán contando y seguramente habrán adquirido la categoría de leyenda hace ya algún tiempo. Tener en frente de mis ojos a uno de los protagonistas de esa leyenda comenzó la restregadera de mis ojos que no pararía en toda la noche intentando constatar que lo que estaba viviendo era real, pues en palabras de los propios Maiden “No sé si lo hubiésemos logrado sin él (en referencia a Smallwood)”
Salió a escena la excelente agrupación local Introspección cuya recepción por parte del público fue dividida, según tengo entendido el concurso que se desarrolló para elegirla contó con bastante polémica, aunque a mi parecer al igual que sucede aquí, no todos compartían la idea de cual debía ser la banda triunfadora, de ahí que las acusaciones se vertieron de un lado a otro. En todo caso tocaron 2 canciones que resultaron muy poco para una agrupación con un excelente nivel técnico y puesta en escena, donde el que más llamó mi atención fue su vocalista. Esperemos tenerlos algún día por tierras ecuatorianas, sería una buena inversión.
En el papel decía que la siguiente banda en salir a escena sería Lauren Harris, aunque el que se robó el show fue el helicóptero que comenzó a sobrevolarnos donde presumiblemente se encontraban los mismísimos Maiden y que volvió a desatar la euforia de los presentes, en realidad yo pude divisar la puerta abierta y varias personas adentro de él, alguien extendiendo el puño de su brazo en el aire, vivíamos ya algo inolvidable, el momento se acercaba.
Lauren Harris en realidad no se que podría esperar, pues aunque su propuesta es un Pop Rock de relativa calidad el problema se encuentra cuando a los únicos a los que puede presentar su show es a los fans de su padre, en una fórmula totalmente contradictoria e inútil.
Si ya se decidió a recorrer aquellos caminos musicales lo acertado sería tomar el riego de una sola vez y hacer su carrera fuera de la influencia de Steve o ¿acaso pretende transformar los gustos de un promedio de 40000 almas por concierto? En todo caso mi curiosidad se centró en encontrar parecido con el fundador de Maiden y observar los rasgos que así la identifiquen. Por supuesto que la chica estaba muy hermosa y bien presentada, que sus músicos eran muy buenos y tocaban con muchas ganas, pero también es cierto que lo que menos importó en ese lapso de tiempo fue su música, pasada totalmente por alto incluida una canción dedicada a su progenitor. Claro que con ese suegro uno podría pasar muchos detalles por alto…
III. The Iron Maiden!!!
Tenía 10 años cuando entré al rock definitivamente, luego de 6 meses descubrí a una canción llamada “Running Free” interpretda por una banda denominada Iron Maiden y a partir de ese momento ha formado parte de mi vida, mi personalidad y mi identidad; este sólo era uno de los más de 60000 casos que seguramente propiciaron ese primer contacto, y que se encontraban en espera de ver a la banda más grande de metal que ha dado la historia.
Las luces se apagaron en parcialidad para dar paso al playback de “Doctor, Doctor” cover interpretado por ellos mismo según pude distinguir, (me nació duda en saber si era la versión original de UFO, o la cantada por Bayley) al término de la canción las luces se apagaron en su totalidad, las pantallas comenzaron a proyectar imágenes de lo que ha sido el Somewhere Back In Time Tour hasta el momento, la emoción de ver el avión de la banda en todo su esplendor alcanzar los aires al mando del mismísmo Bruce con “Transylvania” de fondo nos hacían aumentar aún más la expectativa, no podíamos creer que en pocos segundos más…
Terminó el video, y sonó un ruido de motor… un motor de avión, el mismo que daba inicio al video clip lanzado en 1984 y que precedía al discurso del Primer Ministro inglés durante la Segunda Guerra Mundial, Winston Churchill…
El comienzo de Aces High que sonó con playback para reservar a la banda la apoteósica entrada con la parte rápida acabó cuando las luces se prendieron y en un pestañeo se encontraban en nuestro frente Dave Murray, Janick Gers, Adrian Smith, Bruce Dickinson, Nicko McBrain y Steve Harris, las lágrimas brotaban de mi rostro al unísono de la frase: Run, live to fly, fly to live, Aces High!
“2 Minutes To Midnight” dio paso al saludo a la audiencia por parte de Bruce donde señaló que la bandera desplegada en las primeras filas era la más grande que les habían confeccionado y la subieron al escenario, un momento único que sin duda diferenciará a este de los demás conciertos que ofrece la doncella.
Fue a partir de aquí y con “Revelations” que el sonido se encontró perfecto arrojándonos los clásicos ofrecidos para esta gira, la inmortal “The Trooper” con Bruce y la inmensa bandera británica contemplado por la imagen de Eddie de la misma canción nos ofrecían ya visualmente algo insuperable.
“Wasted Years” nos introducía en un mundo de nostalgia, en mi mente se rodaba una película acerca de mi vida y ésta pieza era parte de su banda sonora, y es que esta banda dista mucho de quedarse en discos y conciertos, esta banda ha calzado profundamente en nuestras vidas.
El punto más álgido de la noche se vivió cuando escuchábamos atónitos esa sinfonía perfecta de 13 minutos y un poco más llamada “The Rime Of the Ancient Mariner”, inspirada en el poema de Samuel Taylor Coleridge, presentada en una especie de analogía con el cóndor andino y la adevrtencia de la naturaleza, tuvo en Bruce y Nicko soberbias interpretaciones, la máscara de Powerslave, el humo en “The Number Of The Beast”, Heaven Can Wait, la inmensamente coreada “Run To The Hills” el éxtasis de “Can I Play With Madness” eran parte de lo más impresionante que escuchado en vivo, la interminable “Fear Of The Dark” que al no ser parte de los discos contemplados en el tour nos brinda un mensaje entre líneas por parte de los propios músicos: ésta canción está definitivamente entre las más grandes.
No puedo contener la emoción al escuchar a Bruce el grito de guerra Scream For Me Bogotá! y responderle como hipnotizado, la magia de encontrarse presente en la misma ciudad de turno en sus eternas giras no tiene descripción. Pues en ese momento aunque quiteños, guayaquileños, caraqueños, panameños, caleños, o de cualquier parte del mundo éramos parte de esa gran familia que somos los fans de Maiden, y esa familia en ese momento permanecía en Bogotá - Colombia.
“Iron Maiden” nos presentó al más esperado de la noche, Eddie la mascota del grupo (aunque muchos sostenemos que la banda es la mascota de Eddie) emulando aquella portada de 1986, caminaba por el escenario alucinante apuntándonos con su pistola láser; son muchos los conciertos de Iron Maiden que he podido observar en video, así mismo muchas veces las que he visto salir al dueño de la banda a controlar que todo se encuentre en orden, pero ésta siendo la primera vez que lo veo en persona no cabe siquiera una comparación, tener miles de personas a mi lado clamando Eddie, Eddie! como si el muñeco podría tener personalidad propia y hasta parecía como si esperásemos un agradecimiento del personaje entonces pienso cual es el nivel de fantasía en el que nos tienen sumido esos fenómenos que se encuentran sudando ahí arriba, en el escenario.
La primera y única despedida en falso dio paso a “Moonchild”!! Increíble poder admirar todo el talento de Murray, Smith y Gers doblando esas guitarras, recordaba aquel inicio del “Maiden England” en la gira del Seventh Son Of A Seventh Son que yo veía más que las series de TV cuando era un niño.
“The Clairvoyant” no hizo sino mostrarnos la magnificencia de ese hombre llamado Steve Harris a quien el tiempo lo ha convertido en un icono de la perseverancia y maestría musical, creo firmemente que no existe algún hombre sobre la faz de la tierra capaz de tocar las 4 cuerdas como él lo hace.
Finalmente “Hallowed Be Thy Name” sonaba en el Parque Simón Bolívar para marcar la despedida que llegó demasiado rápido, es que como acertadamente leí en alguna reseña a Maiden uno lo puede ver 10 horas y faltaría... Me acuerdo de su promesa de volver, espero se vuelva realidad, me intenta consolar esta idea, pero se ha cumplido toda esta lejana espera de 4 meses, 10, 33 años.
Ahora me esperan 36 horas más en la carretera hacia mi hogar, que ya no será lo mismo, pues todos “los ojos de esos héroes que me miran desde la pared” adquieren un sentido mayor, los he observado en vivo... Gracias Maiden!
Danilo Román Fabara
Quito - Ecuador
danilitometal@hotmail.com
Tema: Reseña de Bogotá desde Ecuador!!! 
Miér Mar 05, 2008 7:30 pm
asi me kedaron los ojos de leerlo todoo jajajaja :eddie:
